BASF y la protección de las aguas
BASF cree que una agricultura sostenible desempeña una función vital para resolver el problema del suministro mundial de agua.
Con la aplicación de soluciones agrícolas innovadoras los agricultores pueden mejorar la salud de los cultivos, el rendimiento y la calidad de los alimentos, y a su vez, obtener mejores resultados en la gestión y el cuidado sostenible del agua.
Mantener la calidad de nuestra agua
En agricultura adoptar medidas de protección de las aguas contribuye de manera importante al mantenimiento de la calidad y la seguridad tanto de las aguas destinadas al consumo humano, como de las que quedan en la naturaleza. El uso seguro y responsable de los productos fitosanitarios es fundamental para la protección de las aguas subterráneas y superficiales, y es una pieza clave de la agricultura sostenible, además de ser indispensable para que se pueda seguir aplicando productos fitosanitarios a largo plazo.
Básicamente, la protección de las plantas debe llevarse a cabo de acuerdo con las buenas prácticas agrícolas. El comportamiento correcto y la tecnología moderna ayudan a evitar entradas no deseadas de los productos fitosanitarios en las aguas subterráneas y superficiales.
En el contexto de las regulaciones europeas de protección del agua (Directiva Marco del Agua de la UE No. 2000/60 / EC), que se encuentran entre las más estrictas del mundo, la agricultura juega un papel fundamental y es en este sector donde además la protección del agua es más necesaria que nunca.
En la UE, las autoridades competentes y los productores de agua potable controlan periódicamente las aguas superficiales y subterráneas en busca de residuos provenientes de diferentes ámbitos de uso (medicamentos, productos químicos, fitosanitarios, fertilizantes, etc.). La superación repetida del límite legal amenaza la aprobación de productos fitosanitarios establecidos y, a la vez, no beneficia a la agricultura productiva y sostenible.
El proceso de autorización de un producto fitosanitario | Evaluación del impacto sobre el agua
Los productos fitosanitarios cumplen con estrictas exigencias por parte de las autoridades competentes. Sólo se autoriza un producto cuando, tras su evaluación, las autoridades concluyen que su uso es seguro para la salud humana, animal y el medio ambiente.
En caso de detectar un riesgo inaceptable, es obligatorio tomar medidas de mitigación para lograr la seguridad en el uso. Estas medidas pueden contemplar usar una dosis menor, reducir el número de aplicaciones, implementar bandas de seguridad hacia los cursos de aguas más anchas que los 5m que ya establece la ley, etc. Cuando las autoridades competentes lo consideran necesario, una vez autorizado el formulado, se realizan estudios de monitorización de su uso.
Donde es considerado necesario, BASF aplica dichas medidas de forma proactiva y se centra en el fomento de las buenas prácticas, para garantizar el uso correcto del producto.
Adicionalmente, el RD 1311/2012 que traspone gran parte de la Directiva de Uso Sostenible en España, incluye medidas de protección de las aguas, como por ejemplo el establecimiento de márgenes de seguridad (mínimo 5m) hacia los cursos de agua o las condiciones meteorológicas a tener en cuenta en el momento de aplicación.
¿Cuáles son las entradas indeseadas de productos fitosanitarios antes, durante y después de la aplicación de los mismos?
- La contaminación puntual suele suceder por el manejo incorrecto del producto antes y después del tratamiento. Tiene por ejemplo su origen en el almacén, o bien del llenado de pulverizadores o en los caldos restantes. Este tipo de contaminación se puede evitar siguiendo unas buenas prácticas.
- La contaminación difusa es causada por la escorrentía, el drenaje, la lixiviación y la deriva. Siguiendo unas buenas prácticas, se puede reducir su riesgo considerablemente.
- Además, la presencia de las sustancias activas de productos fitosanitarios en el agua depende de otros condicionantes: por ejemplo, inundaciones o sequías en los cursos de agua pueden provocar una mayor presencia.
Nuestra contribución
Las autoridades competentes solamente autorizan un producto si lo consideran seguro, incluyendo las aguas. En caso de detectar un riesgo inaceptable, es obligatorio tomar medidas de mitigación para lograr la seguridad en el uso. Estas medidas pueden contemplar usar una dosis menor, reducir el número de aplicaciones, implementar bandas de seguridad hacia los cursos de las aguas más anchas que los 5m que ya establece la ley. Una vez autorizado el formulado, las autoridades pueden valorar la realización de estudios de monitorización de uso. Donde considerado necesario, dichas medidas son aplicadas de forma pro-activa y centrándonos en el fomento de las buenas prácticas, para garantizar el uso correcto del producto. Además, los datos oficiales de presencia de nuestras sustancias activas en las aguas son revisados regularmente.
Junto con north_east AEPLA , la Asociación de Productores Fitosanitarios en España, trabajamos en el fomento de las buenas prácticas para garantizar el uso seguro de nuestros productos para operadores, medio ambiente y consumidor. En relación con las aguas, desde el 2005 implementamos el proyecto north_east TOPPS , que tiene el fin de proteger las aguas de la contaminación difusa y la contaminación puntual por productos fitosanitarios. Se trata de un proyecto en colaboración con la Universidad Politécnica de Cataluña y la Universidad de Córdoba, con el objetivo de fomentar y difundir las buenas prácticas entre agricultores, asesores y autoridades. También abogamos de que estas buenas prácticas sean parte de las formaciones de los agricultores profesionales.
Nos hemos convertido en la primera empresa química del mundo en recibir la certificación de oro del European Water Stewardhip por la buena gestión del agua en nuestra planta productiva de Tarragona, la más importante que tenemos para la producción de productos fitosanitarios. Se trata de una distinción que cuenta con el reconocimiento de la Unión Europea.
Además, desde BASF ofrecemos inhibidores de la nitrificación que permiten mejorar la eficiencia del uso del nitrógeno y reducir su impacto medioambiental, sobre todo la lixiviación hacia las aguas subterráneas . A su vez, promovemos el uso de sistemas de gestión de efluentes, tal como Phytosec, como herramienta para evitar la contaminación puntual.