Alternaria [Alternaria sp.]
Descripción
Es un hongo saprófito ascomiceto que afecta a hojas, tallos, flores y frutos de plantas anuales herbáceas, ornamentales y árboles (cítricos, manzano, etc). Polífago.
Síntomas y daños
En general, las enfermedades causadas por este hongo aparecen en forma de manchas y carbones foliares, pero pueden ocasionar también ahogamiento de plántulas, pudriciones de cuello y pudriciones de los frutos y tubérculos.
El color delas manchas foliares varía de café oscuro a negro; a menudo son numerosas y cuando se extienden casi siempre forman anillos concéntricos. En tomate, aparecen en ramas y tallos manchas oscuras y profundas. En plántulas, las lesiones del tallo pueden provocar la pudrición del cuello de la plántula. En tubérculos aparecen lesiones oscuras, ligeramente hundidas (hasta 5-6 mm), de forma circular o irregular de hasta 2 cm de diámetro. En frutos, aparecen manchas marrones o negras, lisas, hundidas y con bordes bien definidos.
Ciclo biológico
El micelio y los conidios invernan en los residuos vegetales infectados del suelo, semillas, tubérculos, etc. Cuando las lluvias son frecuentes y hay un rocío abundante, el micelio desprende esporas que entran en contacto con las hojas basales de la planta a través de las salpicaduras. La espora germina y penetra en los tejidos o bien directamente atravesando la cutícula (más frecuente) o entrando por los estomas o bien a través de heridas. La penetración es favorecida por la presencia de agua en las hojas. Posteriormente invade los tejidos. Los primeros síntomas son visibles después de 5-8 días de la penetración. A los pocos días después de la aparición de las manchas se forman nuevos conidios (inóculo secundario) que son dispersados por el viento o por las gotas de lluvia. La humedad es el principal factor para el desarrollo de la enfermedad.
Medidas de prevención y/o culturales
Las enfermedades causadas por este hongo aparecen con mayor frecuencia sobre tejidos senescentes y en plantas de poco vigor o debilitadas por lo que es importante realizar una fertilización correcta y tener las plantas con un buen estado sanitario. Uso de variedades resistentes. Utilizar semillas sanas. Rotación de cultivos. Eliminación y quema de los restos de plantas infectados. Eliminación de malas hierbas. En invernaderos, una cubierta que absorba la luz UV inhibe la formación de esporas. Disminuir la densidad de plantas para facilitar la aireación y reducir la humedad relativa bajo las plantas.