Experiencia 3.0 en arroz de BASF
Durante los últimos años, se ha producido un incremento en la presencia de malas hierbas resistentes en los campos de arroz del país. Esto hace que, en la actualidad, el control de malas hierbas sea unas de las tareas más complejas a las que se enfrenta el arrocero.
Es necesario analizar muchos factores diferentes en conjunto para determinar el origen de la falta de actividad de un herbicida concreto:
Las MMHH compiten con el cultivo
Las malas hierbas compiten con el cultivo por los nutrientes, la luz y el espacio; además, incrementan los costes de cultivo, recolección, secado, así como de los procesos industriales. Son hospedantes de numerosas plagas y pueden favorecer el desarrollo de algunas enfermedades. Por todo ello, realizar un buen control de las mismas es fundamental para obtener una buena cosecha.
El arroz en monocultivo
El arroz es un cultivo muy intensificado que, en muchas áreas, se desarrolla en monocultivo. En aquellos campos que permanecen inundados durante parte o todo el ciclo del cultivo, hace que el manejo del agua juegue también un papel primordial en la biología y el control de las malas hierbas.
Limitados modos de acción
Cuando el agricultor decide emplear un herbicida para controlar las malas hierbas de su parcela, encuentra en el mercado numerosas materias activas para el control de gramíneas y dicotiledóneas. Sin embargo, muchos de estos herbicidas pertenecen a un limitado grupo de modos de acción. Debido a esto, no resulta fácil alternar modos de acción, que es una de las prácticas recomendadas y más importantes para evitar la aparición de resistencias.
Aplicación homogénea y de calidad
La maquinaria de aplicación, que debe estar debidamente regulada y comprobada, así como la utilización de boquillas adecuadas que trabajen a la presión recomendada por los fabricantes, son clave para obtener una aplicación homogénea y de buena calidad que proporcione los resultados esperados.
Buenas prácticas
Los herbicidas, al igual que el resto de fitosanitarios, deben emplearse siguiendo siempre las instrucciones indicadas por los fabricantes en la etiqueta, especialmente en lo referente a dosis y momento de aplicación y en lo relativo al respeto de las medidas de seguridad y protección para el aplicador y el medio ambiente.
Para poder conocer en profundidad el origen de la falta de actividad de un determinado herbicida en el control de las gramíneas en el arroz, en 2015 BASF inició Experiencia BASF arroz.
Este servicio consiste en realizar ensayos de eficacia herbicida en condiciones controladas sobre las malas hierbas que escaparon al control en la campaña anterior. Para ello, se utiliza semilla procedente de las plantas recolectadas en las parcelas donde sobrevivieron en la campaña anterior debido a una inesperada falta de actividad de los herbicidas empleados. Todo este proceso se lleva a cabo en la Estación Experimental de Utrera de BASF. Allí se siembran las plantaciones afectadas y cuando las malas hierbas crecen se realizan una serie de tests con herbicidas que servirán para determinar qué no ha funcionado correctamente.
El screening es la fase de la Experiencia BASF 3.0 que determina si se trata de un problema de aplicación del herbicida o, por el contrario, si una mala hierba ha dejado de ser sensible (sea por haber adquirido resistencia, sea por tratarse de poblaciones originalmente tolerantes) al herbicida empleado.
Una vez realizado el screening se pasa a la segunda fase. Se trata del test de recomendación, que permite evaluar la efectividad de distintos herbicidas registrados y mezclas alternativas, con el fin de encontrar la mejor solución para el control químico de las malas hierbas en la parcela estudiada.
Todos estos estudios están centrados en las especies gramíneas del género Echinochloa sp y Leptochloa sp.
Tras la finalización de los ensayos, BASF proporciona a cada distribuidor un informe detallado con los resultados obtenidos. El distribuidor BASF podrá usar esta información como ayuda en la toma de decisión sobre el herbicida a emplear en los campos de los agricultores de su zona, evitando usar herbicidas que han dejado de ser eficaces en el control de las malas hierbas.