Purín en el abonado de fondo del maíz

Estamos iniciando la nueva campaña de maíz y con ello, las labores para nuevas siembras. Además de las tareas mecánicas de preparación del suelo, una operación fundamental es la fertilización, la misma que se intercala con las labores habituales de preparación del suelo.

Es en este contexto, que el purín juega un papel importante en zonas ganaderas. Cualquiera que sea su origen, es un recurso valioso a considerar por su riqueza fertilizante y su disponibilidad.

Desde tiempos inmemoriales se sabe que el nitrógeno es el macronutriente por excelencia. El rendimiento en cosecha está directamente relacionado con la nutrición nitrogenada; pero el agricultor sabe que su gestión es a su vez complicada porque si la planta no lo asimila, se acaba perdiendo.

La baja eficiencia del nitrógeno viene motivada por las pérdidas, principalmente la volatilización en forma de gases (óxidos nitrosos y amoníaco), y por el lavado por disolución en forma de nitratos en profundidad.

Así, el nitrógeno aplicado en fondo muy difícilmente llegará a estar disponible cuando la planta empiece a necesitarlo en estadios de desarrollo posteriores.

Sin embargo, hoy gracias a la investigación y las nuevas tecnologías ya es posible ofrecer soluciones técnicas que minimicen estas pérdidas, y aumenten el beneficio para el agricultor y el medioambiente. Con ayuda de los inhibidores de la nitrificación, se ralentiza el paso del nitrógeno amoniacal (mayoritario en el purín) a nitrato. Así, este nitrógeno puede ser almacenado por el suelo sin perderse por lavado o volatilización.

En el caso del maíz, el cultivo requiere de un tiempo específico para desarrollarse, además de contar con el purín aplicado y el nitrógeno a su disposición. Por ello, lo ideal es trabajar con un inhibidor de nitrificación para purines y fertilizantes orgánicos capaz de aumentar la disponibilidad del nitrógeno a largo plazo. Si quieres conocer la forma más efectiva de hacer frente a la pérdida del nitrógeno north_east haz click aquí .