Reutilización de grano vs. semilla certificada en cultivos extensivos

Autor: Ignacio Solis

Cuando se acerca el momento de la siembra, es momento de tomar decisiones importantes, como la de qué semilla utilizar.

Ignacio Solís Martel, coautor del manual, “Mejora vegetal para Ingeniería Agronómica”, ha trabajado durante ocho años en la mejora genética del girasol y en los últimos veinte, en la obtención de nuevas variedades de trigo, triticale, garbanzo y guisante.

Nos habla en este artículo sobre las ventajas que tiene para el agricultor y para la industria transformadora el uso de una semilla sana, con alta capacidad germinativa, alto vigor y elevada pureza varietal.

Actualmente, la legislación española admite tres formas legales de siembra en los cereales de invierno y en las leguminosas:

  • El uso de semilla certificada
  • El acondicionamiento de granos para la siembra (bajo supervisión oficial) con grano producido por cada agricultor de forma individualizada)
  • La reutilización de granos para la siembra producidos en la propia explotación

Existe una cuarta modalidad ilegal, la compraventa de grano para la siembra entre particulares sin control oficial, que en algunos cultivos todavía representa un porcentaje mayoritario de las siembras, como es el caso de avenas, cebadas para pienso, garbanzos, etc.

Entre las especies con un mayor porcentaje de uso de semilla certificada está el trigo duro (79,80 % del total, AETC 2017 ), muy por delante del trigo blando que por primera vez superó ligeramente el 30% en 2017 (30,70 % del total, AETC 2017). Andalucía, junto al País Vasco y Navarra se encuentran entre las Comunidades Autónomas con mayor porcentaje de uso de semilla certificada para la siembra de cereales de invierno en España. A nivel global, actualmente en España, tan solo un 32% de lo que se siembra es certificado, un dato que contrasta con el 60% del conjunto de Europa.

La semilla es el principio de todo, tanto como garantía inicial de la cantidad y calidad/sanidad de la producción, como de la mejora de los rendimientos.

Uso de semilla certificada en el girasol

Durante ocho años, he trabajado en la mejora genética del girasol, donde en la actualidad, el 100% de la semilla que se usa es certificada, tal como ocurre en otros cultivos como maíz, sorgo, colza, remolacha. En ese tiempo, he podido comprobar las ventajas que tiene para el agricultor y para la industria transformadora el uso de una semilla sana, con alta capacidad germinativa, alto vigor y elevada pureza varietal.

En el caso concreto del girasol, además de conseguir mejores producciones en cantidad, calidad y uniformidad, es posible destinar una parte importante del dinero invertido en esta clase de semillas en financiar numerosos programas de mejora de girasol existentes en España.

Fue esta inversión en mejora la que permitió encontrar soluciones a la aparición de nuevas razas de mildiu y jopo que devastaban las variedades que se cultivaban a finales del siglo XX.

En unos casos, fue la resistencia genética a los patógenos la que resolvió el problema de los agricultores y en los otros la combinación del uso de genes de resistencia a imidazolinonas en el cultivo, junto al uso del herbicida correspondiente que permite controlar a la vez el jopo y otras malas hierbas (Sistema Clearfield®)

La mejora genética fue también la responsable de la creación de nuevas variedades con alto contenido en ácido oleico que en la actualidad mejoran la rentabilidad del cultivo para los agricultores y la industria aceitera.

Desventajas del uso de semilla propia

El trigo, triticale, garbanzo y guisante, al ser especies de fecundación autógama, permiten a los agricultores desde tiempo ancestral guardar una parte del grano producido para sus siembras de la próxima campaña.

La reutilización de granos para la siembra que se realiza en España a corto plazo permite ahorrar unos pocos euros por hectárea, pero es una práctica que a medio y largo plazo tiene muchos más inconvenientes que ventajas:

  • Tener que recurrir a dosis de siembra más altas para compensar una capacidad germinativa y una sanidad que suelen ser inferiores a la de la semilla certificada, lo que minimiza el supuesto ahorro económico.
  • La productividad del grano reutilizado suele ser menor, en parte por el menor vigor y capacidad germinativa (como consecuencia de no descartar los granos de menor peso específico que elimina la mesa densimétrica en el proceso de selección) y en parte por la menor sanidad de las plántulas que no están protegidas por los tratamientos sistémicos antifúngicos de la semilla certificada.
  • Necesidad de importar las partidas comerciales de mayor valor: la baja tasa de utilización de semilla certificada en cultivos como el trigo harinero o el garbanzo motivan la falta de calidad en las cosechas. La industria envasadora y transformadora necesita de partidas grandes y uniformes, y con trazabilidad que solo se puede garantizar mediante el uso de semilla certificada.
  • Escasez de programas de mejora vegetal en especies como la cebada para pienso, avena o garbanzo, que deriva en que las variedades que se cultivan son en general muy antiguas, de baja productividad y sensibles a enfermedades y plagas.

Ventajas del uso de semillas certificadas: éxito en trigo duro, triticale y cebada maltera

En el caso del trigo duro, el elevado uso de semilla certificada junto a la norma española de calidad ha permitido que en los últimos años se haya realizado una producción de mayor calidad y una mejor clasificación de las cosechas, desapareciendo casi por completo las importaciones de trigos de alta calidad que ahora se producen en España.

Pero existen casos recientes de éxito gracias al uso de semilla certificada como el triticale cultivado en el sur de España, donde la superficie y el rendimiento están creciendo de formasignificativa debido a un uso generalizado de semillas certificadas de nuevas variedades más productivas y con mejor sanidad. La industria dedicada a la alimentación animal va incorporando esta especie en sus formulaciones y varias empresas han iniciado programas de mejora para atender a esta nueva demanda.

Actualmente, también existe una importante inversión en mejora genética de la cebada cervecera donde la industria fomenta el uso de semilla certificada y la renovación varietal es muy dinámica. Además de nuevas variedades también van apareciendo en el mercado nuevos tratamientos fungicidas de semilla de acción sistémica prolongada, como Systiva® , que protege a las plántulas hasta el momento del encañado, mejorando la sanidad y el rendimiento de este cultivo.

La semilla certificada es fruto de la investigación en la mejora genética y de la tecnología y parte clave de una agricultura más competitiva.

Actualmente, el agricultor tiene los medios para realizar una agricultura de calidad, económicamente eficiente, más sostenible y segura, garantizando una excelente calidad de la cosecha.

Seleccionador de nuevas variedades de trigo y leguminosas grano en Agrovegetal. Profesor de Mejora Vegetal en la Universidad de Sevilla.

El único fungicida de tratamiento de semilla para el control de las enfermedades foliares en los cereales.

Fungicida para el tratamiento de las enfermedades que afectan a las semillas de los cereales.

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