Nitrificación, proceso clave del nitrógeno en el suelo

¿Sabías que hasta el 50% del nitrógeno aportado en el abonado puede perderse sin que las plantas lo aprovechen? Las “culpables” de estas pérdidas son unas bacterias del suelo del género Nitrosomonas, que convierten el amonio (NH4+) en nitrito (nitrificación) y luego éste acaba en forma de nitrato (NO3-). El ion nitrato es una forma muy soluble y móvil y puede lavarse disuelto en el agua de lluvia o de riego. Así, cuando llega a determinada profundidad ya no puede ser aprovechado por las raíces.

Pero los problemas del nitrógeno no acaban aquí. Este nitrato puede ser transformado en óxido nitroso (N2O) en los procesos de desnitrificación por efecto de las bacterias desnitrificadoras, favorecidas en determinadas condiciones. El óxido nitroso se pierde en la atmósfera porque es muy volátil. Adiós nitrógeno.

Esta pérdida del nitrógeno por lavado o a la atmósfera provoca varios perjuicios:

ECONÓMICO:

La baja eficiencia del nitrógeno aportado conlleva una pérdida de potencial productivo del cultivo que suponen pérdidas económicas para el agricultor.

AMBIENTAL y SOCIAL:

El lavado y acumulación de nitratos en las aguas subterráneas pueden llegar a limitar o impedir el uso de agua potable de recursos freáticos, y la emisión de gases con efecto invernadero tienen un impacto a largo plazo en el cambio climático.

¿Y en España tenemos este problema? Pues sí, aproximadamente el 40% de los acuíferos están contaminados por nitratos (incluir referencia). El Protocolo de Gotemburgo tenía como finalidad limitar la emisión de gases de efecto invernadero, pero en los últimos 24 años España ha sido el único país que los ha aumentado (influir referencia), debido mayoritariamente a las emisiones por las actividades agrarias. Es una situación complicada.

Los purines son una de las fuentes de nitrógeno más utilizadas en agricultura. En España se produce un volumen ingente de purines y deyecciones ganaderas. Estos tienen un importante contenido en nitrógeno, mayoritariamente amoniacal, y otros nutrientes como potasio y fósforo: bien gestionado, pueden ser un abono perfecto. El valor económico puede cifrarse en cientos de euros por hectárea. Visto así, pueden ser un recurso a disposición del agricultor para sus planes de abonado que le supondrá un ahorro económico y también beneficios ambientales.

¿Y cómo hacemos frente a la pérdida de nitrógeno entonces? Bien, para eso haz click aquí .